La cifra alcanzada el sábado convierte a la región en la más afectada del mundo e incluye más de 366,600 muertes en el territorio.
Más de la mitad de las infecciones corresponden a Brasil, que está a punto de superar los 150.000 fallecimientos.
En números absolutos, le siguen Colombia con 894.000 casos y 27.500 decesos, argentina con 871.000 contagios y 23.255 muertes y Perú, que supera los 843.000 enfermos y 23,200 fallecidos.
Sin embargo, Perú es el país que registra la mayor tasa de mortalidad del mundo en proporción a su población, con 101 decesos por cada 100.000 habitantes.
El viernes, el Banco Mundial alertó que Latinoamérica y el Caribe sufrirán "el peor impacto económico y en salud" de todo el mundo por la pandemia y previó un retroceso del PIB de 7,9% en 2020.
Según un informe de la entidad, "el número de muertos por millón de personas en América Latina es tan alto como en las economías avanzadas, pero los recursos disponibles para hacer frente al golpe son mucho más restringidos".
En todo el mundo, la pandemia ha provocado al menos un millón de muertos y más de 37 millones de contagios desde diciembre, según cifras de la AFP.
En la última semana, la situación empeoró notablemente en Europa, que registró un aumento del 28% en el número de contagios.
En España el gobierno decretó el estado de alarma en Madrid para frenar los contagios después de días de profundos debates entre las distintas autoridades. Durante 14 días los habitantes de la capital y municipios vecinos deberán respetar confinamiento parcial o perimetral.
En Italia, manifestantes se reunieron el sábado en roma en rechazo a las nuevas medidas para frenar los contagios, incluyendo el uso de mascarillas en lugares públicos y la extensión del estado de emergencia a enero de 2021.
La movilización se replicó en Londres, Dublín y Varsovia donde los manifestantes también rechazaron el uso de mascarillas aún en medio de un incremento en el número de contagios.
El viernes en Bruselas, los estados miembros de la UE acordaron que tratarán de coordinar sus restricciones a los viajes dentro del bloque usando un método común, con la esperanza de unificar las medidas adoptadas por cada país.
