La primera ministra Theresa May trata de evitar un nuevo referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea

La situación política interna complicó las negociaciones del país para el Brexit a pocas semanas de la separación.

Theresa May, anunció que el acuerdo del Brexit que ha consensuado con Bruselas se votará en la Cámara de los Comunes de Londres en la semana del 14 de enero.

La primera ministra informó a los diputados sobre el pasado Consejo Europeo en Bruselas, cuando los líderes comunitarios descartaron renegociar el acuerdo para la salida británica de la Unión.

Durante su intervención May dijo a los parlamentarios que no deberían abogar por un segundo referéndum de Brexit, pues "quebrantaría" la confianza del pueblo en la democracia.

Insistió en que convocar otro plebiscito, tras el que dio la victoria al Brexit en junio 2016, haría un "daño irreparable" a la integridad de la política británica, porque lanzaría el mensaje a los votantes de que "la democracia no funciona".

"No perdamos la confianza del pueblo británico intentando hacer otro referéndum. Otro voto que haría un daño irreparable a la integridad de nuestra política. Porque le diría a esos millones que creyeron en la democracia que nuestra democracia no actúa. Otro voto que no nos dejaría más cerca que el anterior y otro voto que nos dividiría más en el preciso momento en el que deberíamos estar trabajando para unirlo. Otra votación no nos permitiría avanzar más que la anterior y dividiría aún más al país justo en el momento en que deberíamos trabajar para unirlo", argumentó.

Varios ministros del Gobierno conservador han sugerido que la Cámara de los Comunes debería votar sobre distintas opciones para salir adelante, si se rechaza el tratado propuesto por May.

Estas opciones podrían incluir salir de la UE sin acuerdo, tratar de negociar un pacto distinto al logrado por la premier o convocar un nuevo plebiscito.


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