Las corridas de toros siguen causando divisiones con la llegada de la feria de San Isidro

Defensores de los animales estiman que unos 200 toros serán matados durante la feria de San Isidro, y miles de ellos en toda España.

La plaza de Las Ventas, en Madrid, recibe a miles de aficionados a la tauromaquia, entre ellos el rey emérito Juan Carlos, que llega entre aplausos a las gradas.

Casi medio millón de personas visitarán hasta el 16 de junio la feria de San Isidro, que se celebra en este recinto, apodado "la catedral de la tauromaquia mundial" por 'Don Simón', el primer francés en dirigirla.

“Saber que somos mortales es no dudar a exponerse a la muerte. Ciertamente puede ser duro, violento, inadmisible, pero al mismo tiempo, culturalmente es importante”, dijo Simon Casas, presidente de “Las Ventas”.

Las corridas de toros con muerte del animal siguen siendo legales en España, México, Colombia, Perú, Venezuela, y en algunas partes de Francia y de Ecuador.

"Fundamentar que la tauromaquia es una tradición, sería como decir que una tradición es la esclavitud, por ejemplo", dijo Soraya Mestanza, miembro de la asociación Animanaturalis.

Antes de la corrida, los matadores acostumbran rezar en la capilla, cerca de donde se encuentran los quirófanos donde curan a los toreros corneados. El toro, en cambio, no tiene salida. Salvo en caso de indulto, extremadamente inusual, el animal debe morir.

“A ver me da cosillas ya pero al final acabo para morir igual los toros. Entonces mejor matarlos aquí disfrutarlos viéndolo, que los manden en un matadero", dijo una aficionada a las corridas.

La política está también entrometida en los toros.

El ayuntamiento de izquierdas saliente de Madrid prometió unas corridas "sin sangre ni muerte" pero la derecha y la extrema derecha defienden una "tradición" asociada a la "identidad" española y reclutaron a tres toreros para sus listas electorales de las legislativas de abril.


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