Las fuerzas del orden francesas van a reforzar los controles para que se cumpla el confinamiento en vigor desde el 30 de octubre

El gobierno no prevé una relajación de las restricciones como esperaban algunos comerciantes.

Las autoridades confirmaron los signos dados por otros miembros del Ejecutivo en el sentido de que "por ahora" los comercios que no se consideran esenciales no podrán abrir.

Al iniciarse el confinamiento, el Gobierno había indicado que al cabo de 15 días se haría una evaluación sobre la posibilidad de que algunos comercios clausurados por orden administrativa pudieran volver a funcionar.

Mañana el primer ministro, Jean Castex, comparecerá ante la prensa para hablar de la situación epidémica y, sobre todo, de posibles ajustes en el dispositivo de restricciones.

Antes de que eso ocurra, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, envió una nota a los prefectos para pedirles "un refuerzo" en los controles para que se cumplan las reglas del confinamiento, que debe durar como mínimo un mes.
Darmanin reclama a los responsables de las fuerzas del orden en todo el territorio "una particular firmeza para que se respeten sobre el terreno las disposiciones que tienen que ver en prioridad con las reuniones privadas, las concentraciones en la calle y el cierre de establecimientos que reciben público".

También exige esa firmeza con los desplazamientos individuales que no se ajustan a algunas de las justificaciones válidas, como son ir o volver al trabajo, llevar a los niños a la escuela, realizar compras indispensables o acudir a cuidar a una persona mayor o dependiente.

Desde el comienzo de este segundo confinamiento en Francia, la policía ha impuesto 65.000 multas por incumplimiento de las reglas.


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