Michel Temer asumió como presidente interino de Brasil y su primera palabra fue "confianza"

Dilma Rousseff fue apartada del cargo por 180 días, mientras es investigada.

El Senado brasileño aprobó durante la pasada madrugada someter a un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff y apartarla del cargo por 180 días, que es el tiempo máximo para que concluya el proceso de investigación. La mandataria es acusada de haber violado normas fiscales al maquillar el déficit presupuestal.

Un total de 55 senadores de un pleno de 81 votaron a favor del impeachment, y 22 en contra. Rousseff ya había comenzado a mudarse del palacio de gobierno de Planalto, en donde fue reemplazada de forma interina durante la tarde por su vicepresidente Michel Temer, a quien la mandataria acusa de perpetrar un "golpe moderno" en su contra.

Es la segunda vez que el Congreso de Brasil suspende a un presidente: en 1992 había hecho lo mismo con Fernando Collor de Melo, que ahora es senador y se manifestó a favor de remover a Rousseff. Supone una derrota preocupante para el Partido de los Trabajadores (PT), porque los legisladores ya superaron el umbral de dos tercios necesarios para destituir a la presidenta.

En algunas ciudades hubo festejos, como en Belo Horizonte. En San Pablo incluso hubo fuegos artificiales. En Brasilia, mientras tanto, hubo manifestaciones a favor del gobierno actual.

Michel Temer es un abogado de 75 años, líder del PMDB, partido que hasta este año era aliado del oficialismo. Es el presidente interino durante los 180 días que durará el proceso contra Rousseff; en caso de que esta sea hallada culpable, seguirá en el cargo como primer mandatario.

Nació en 1940 y creció en una chacra del interior de San Pablo, como el menor de ocho hermanos en una familia de inmigrantes libaneses. Tres veces fue presidente de la Cámara de Diputados, pero solo en la alianza con el PT pudo lograr un cargo más alto: según una encuesta de Datafolha, en unas posibles elecciones Temer solo tendría entre el 1 y el 2% de intención de voto.

Pero el propio Temer, a pesar de apoyar el impeachment, es acusado de corrupción dentro del caso Petrobras. Habría desviado fondos a directivos de la petrolera que hoy están procesados; además, admitió haber donado más dinero del que la ley le permite para campañas electorales. La Justicia no abrió sin embargo ninguna causa en su contra. Sí hay denuncias en estudio de que tanto Rousseff como él habrían recibido dinero de Petrobras para financiar sus campañas electorales, y si el Tribunal Supremo fallara a favor de esta denuncia tanto la actual presidente como el mandatario interino deberían renunciar y se llamaría a elecciones anticipadas.

Temer brindó un discurso en el que llamó a unificar el país y anunció medidas económicas para formación de empleo y combate a la inflación. "Mi primera palabra al pueblo brasileño es 'confianza'", dijo Temer. Pidió que confiaran en el potencial del país y sus instituciones para enfrentar las crisis política y económica que Brasil atraviesa actualmente. "Es urgente hacer un gobierno de salvación nacional", afirmó Temer.

Mientras tanto, el líder de la oposición Aécio Neves comenzó a ser investigado por corrupción. Las denuncias se basan en las delaciones del senador Delcídio Amaral, que brindó información a los investigadores a cambio de que se le redujera la pena luego de haber sido arrestado en diciembre.

En su testimonio, Amaral afirmó que Neves -que perdió por escasísimo margen las elecciones de 2014 frente a Dilma Rousseff- se benefició "sin dudas" de un esquema de sobornos que operaba en la empresa estatal de electricidad, en el que estarían involucradas las mismas compañías que causaron las pérdidas en Petrobras.

 


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