Es la tercera semana de movilización social ante la cual el gobierno de Sebastián Piñera parece impotente.
Enfrentamientos con la policía en una nueva jornada masiva de manifestaciones en Chile, la tarde del lunes.
Al menos una policía mujer resultó herida cuando fue alcanzada por una bomba molotov en el rostro.
Decenas de miles de personas se habían reunido en la Plaza Italia de Santiago cuando fueron sorprendidas por un fuerte y prolongado sismo de 6,1 de magnitud que alcanzó la zona central del país.
Los choques estallaron cuando los manifestantes intentaron avanzar hacia el palacio presidencial de La Moneda por la céntrica avenida Alameda.
Además, se registraron escenas de saqueos y vandalismo en las ciudades de Viña del Mar, Valparaíso y Concepción, donde al igual que en Santiago fue convocado por redes sociales un "superlunes" de manifestaciones.
Las protestas que comenzaron el 18 de octubre dejan 20 muertos, cinco de ellos a manos de agentes del Estado y se reportan unos 150 manifestantes con heridas oculares.
Activistas, encabezados por la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, pidieron el lunes al presidente Sebastián Piñera a frenar las "graves y sistemáticas" violaciones a los derechos humanos que se han denunciado.
"Hay por lo tanto hoy día, acusaciones, imputaciones, de ilícitos, personas uniformadas y civiles, si han cometido o no crímenes, delitos o faltas, no somos nosotros los que lo vamos a resolver, dejemos que los tribunales de justicia, resuelvan esta materia", Hernán Larraín, ministro de Justicia y Derechos Humanos.
Las protestas comenzaron inicialmente por el alza en el pasaje del metro pero luego destaparon un profundo descontento en las clases trabajadora y media en materia de pensiones, educación y salud en medio de un modelo económico de libre mercado.
Entre la ciudadanía y políticos de izquierda y derecha, crecen los reclamos por una nueva Constitución.
