El caso ha tenido varios ribetes y posturas encontradas entre la agencia ambiental y los animalistas.
Un fallo judicial enfurece por estas horas a los colectivos protectores de animales en Noruega: se habilitó la búsqueda y sacrificio de un oso pardo que mordió a un hombre a finales de junio en la zona de Jarfjord, cerca de la frontera con Rusia.
El caso ya comenzó con polémica. Luego de que el hombre fuese mordido en el brazo, la víctima requirió de sutura y puntos. Pese a que los osos pardos en Noruega están considerados en peligro de extinción, sí pueden ser sacrificados por motivos varios, como la protección de personas. Con esto, la agencia noruega de medio ambiente dio el visto bueno para la orden de sacrificio.
Sin embargo, los inspectores a cargo del operativo perdieron el rastro y mataron a un oso macho por error.
Desde entonces, el caso ha tenido varios ribetes y posturas encontradas. Mientras la agencia estatal ha argumentado la peligrosidad de la osa como motivo para su sacrificio, los grupos animalistas han buscado desacreditar sus evidencias.
Por un lado, la agencia ambiental ha dicho que ha cumplido con todos los requisitos legales para ordenar el sacrificio y que, por ende, no necesita demostrar que el animal sea más propenso que otros osos a atacar a humanos: “Con su comportamiento, la osa ya ha demostrado que representa un riesgo para la vida y la salud humana”.
Sin embargo, los animalistas, que buscan salvar a la osa y a sus dos cachorros, que también serán asesinados con el argumento de que morirían de hambre sin ella, han expresado que la osa en cuestión no es más peligrosa que otros osos y que el riesgo de incidentes similares era mínimo. Además, indicaron que durante el episodio se dieron varios factores, como que ella se sintió amenazada y también temió por sus cachorros, además de que el hombre iba acompañado por un perro de caza: “En este caso el oso se comportaba como un oso”, valoraron.
Con todo, este martes, el tribunal de distrito de Oslo anuló una orden judicial temporal que un juez había otorgado a principios de este mes y falló a favor de la agencia ambiental, aceptando la categoría de la osa como peligrosa dado que atacó a una persona.
En la audiencia se pusieron nuevos elementos sobre la mesa. El ataque tuvo lugar a unos 300 metros de la casa de la víctima, en una zona con senderos para tránsito de personas.
Además, se mostró que el incidente se reportó inicialmente como un ataque no provocado contra un excursionista, pero un informe policial a la agencia ambiental dejó de manifiesto que la víctima tenía dos perros de caza cuando se encontró con el animal: se llevó uno de los perros a su casa y regresó con el otro para seguir las huellas que había visto.

