El presidente de Estados Unidos también pidió al Congreso nuevas medidas para un mayor control de las armas en el país.
El presidente de Estados Unidos Barack Obama calificó al ataque de San Bernardino, California, en que murieron catorce personas y en que presuntamente una de las atacantes gritó consignas a favor de Estado Islámico, como un acto terrorista. En ese sentido, Obama defendió las acciones contra los yihadistas de Irak y Siria y prometió destruir a la organización.
"La amenaza del terrorismo es real, pero tienen que saber que destruiremos a ISIS y cualquier otro grupo terrorista que nos amenace", aseguró Obama en un discurso que dio de forma poco habitual desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
En el mensaje televisado, el presidente prometió que trabajará para ganarle a la organización, y aclaró que si bien no hay datos claros que prueben la conexión de los atacantes con ISIS, sí fue un acto terrorista contra inocentes. "Las acciones militares van a continuar en cualquier lugar del mundo. EE.UU. va a seguir ofreciendo entrenamiento y equipo a los sirios que peleen contra ISIS en el terreno, y se trabaja para detener las operaciones de financiamiento del Estado Islámico", sostuvo Obama.
También pidió nuevamente medidas al Congreso de su país para un control más estricto a las armas en el país, un tema sumamente controvertido y que enfrenta a los demócratas -oficialistas- con los republicanos -opositores conservadores-, que tienen la mayoría en las cámaras.
