Es el tercer atentado yihadista que el país árabe sufre en lo que va del 2015.
Al menos once personas murieron en la ciudad de Túnez, en una explosión suicida contra un ómnibus que transportaba la custodia del presidente Béji Caïd Essebsi. El ataque se atribuye a los opositores del gobierno.
El artefacto estalló cuando pasaba el ómnibus de la guardia presidencial por el centro de la capital, que lleva el mismo nombre del país. La información extraoficial indica que el atentado fue realizado por un suicida, que hizo explotar una bomba cuando el convoy presidencial pasaba por delante de la sede del partido del antiguo dictador Zine El Abidine Ben Ali, derrocado durante la primavera árabe.
Túnez ya había sido escenario de dos atentados terroristas este año, uno en marzo y otro en junio. Tenían como objetivo el turismo y causaron la muerte de 60 visitantes extranjeros en la capital y en una ciudad costera.
El último mes y medio, las fuerzas de seguridad tunecina anunciaron el desmantelamiento de más de una decena de células yihadistas y la detención de medio centenar de sospechosos en todo el país.
