Pese a la presión internacional, el gobierno venezolano realizará este domingo las elecciones de los integrantes de la Asamblea Constituyente

Nicolás Maduro pretende recortar poder a la oposición.

El chavismo busca disminuir la abstención en una elección que es boicoteada por la oposición y rechazada por la comunidad internacional por considerar que el proceso es ilegítimo.

Pese a diferencias en la interna del gobierno, la idea que lanzó el pasado primero de mayo el presidente Maduro siguió adelante.

Para el chavismo, es una oportunidad de saltear a la asamblea nacional que es dominada por la oposición.

La constituyente tiene entre sus potestades, la creación de un parlamento comunal para sustituir al parlamento nacional.

El gobierno de Maduro postula a algunos de sus dirigentes de mayor peso.

Hace menos de un mes, mas de siete millones de venezolanos votaron en un referéndum no vinculante, convocado por la oposición, para rechazar la elección de este domingo.

Esa cantidad de votantes es un piso que el gobierno quiere superar para conseguir legitimidad en el acto eleccionario. Hay casi 20 millones de ciudadanos habilitados para votar.

La oposición anunció la realización de múltiples marchas contra la decisión del ejecutivo chavista. Para algunos, el avance de la consulta popular es un paso más de Maduro hacia el abismo.

El Mercosur, por ejemplo, se apresta a expulsar a Venezuela del bloque si instala la asamblea.


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