¿Qué camino le espera a Jair Bolsonaro como presidente de Brasil?

Asumirá este martes como mandatario del gigante latinoamericano en medio de una crisis política, dificultades de seguridad y un creciente endeudamiento.

Jair Bolsonaro asume la Presidencia de Brasil con la promesa de dar un giro a la derecha en el mayor país de América Latina.

Tras una contundente victoria electoral y con una popularidad de 75 %, se presenta como el gobernante de mano dura capaz de regenerar un país agotado por los escándalos de corrupción, la violencia y la crisis económica.

Pero deberá encarar varios desafíos en los próximos cuatro años.

Aunque Brasil es una potencia exportadora de materias primas, está saliendo de una recesión histórica que revirtió muchos de los logros del período de bonanza de hace una década.

Bolsonaro prometió impulsar reformas que disminuyan la creciente deuda brasileña. Planea hacerlo principalmente a través de privatizaciones y reformas fiscales e incentivando la inversión extranjera.

También quiere modificar el régimen de jubilaciones, aunque para hacerlo requiere de mayorías cualificadas en el Congreso. Y su fuerza política, el ultraconservador Partido Social Liberal, es la segunda bancada de la Cámara de Diputados pero cuenta con poco más del 10 % de los escaños.

En compensación, Bolsonaro cuenta con el apoyo de los lobbies del agronegocio, las iglesias evangélicas y el de la seguridad.

En el terreno diplomático, ya anunció que retirará a su país del Pacto Global de Migración de la ONU y evalúa hacer lo mismo con el Acuerdo de París sobre el cambio climático, línea con el estilo del presidente estadounidense Donald Trump, a quien admira.

También ha dicho que hará todo lo que pueda para presionar a los gobiernos de izquierda de Cuba y Venezuela.

Pero sus principales promesas son bajar los índices de criminalidad en Brasil y acabar con la corrupción.

En ese sentido, el excapitán del Ejército quiere flexibilizar las leyes para que "gente de bien" pueda poseer armas.

Antiabortista y defensor de la familia tradicional, puso en manos de militares siete de sus 22 ministerios.

Para luchar contra la corrupción, nombró ministro de Justicia a Sérgio Moro, el juez que encabezó las investigaciones del “Lava Jato”, que llevó a la cárcel a decenas de empresarios y políticos, incluido el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Tras una campaña con declaraciones incendiarias, recientemente prometió, en un tono más moderado, gobernar en "beneficio de todos, sin distinción de origen social, raza, sexo, color, edad o religión".

AFP


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