Lo calificó de "ilegítimo en término de votos" y auguró que será conservador.
"Es un gobierno interino e ilegítimo en término de votos", dijo la presidenta suspendida de Brasil Dilma Rousseff, en una reunión que mantuvo con un grupo de corresponsales. Sostuvo que los dictámenes en las Cámaras de Diputados y de Senadores en su contra obedecen a un golpe de Estado orquestado por su vicepresidente y actual mandatario interino Michel Temer, para llegar al poder sin ganar las elecciones.
Rousseff denunció que sufrió un sabotaje durante su segundo mandato presidencial, que comenzó el 1º de enero de 2015. Había ganado a fines del 2014 con 54 millones de votos.
La líder del Partido de los Trabajadores se aventuró a decir que el gobierno de Temer será "liberal en la economía y conservador en políticas sociales". Lamentó que no haya ni una mujer al frente de los 23 ministerios; no obstante, se mostró convencida de que el de Temer será un gobierno provisional, ya que no cree que la investigación en su contra -que puede durar un máximo de 180 días- tenga efecto positivo.
