Siete de los candidatos presidenciales brasileños realizaron un último debate previo a las elecciones

Criticaron la polarización vigente que divide al país entre Haddad y Bolsonaro.

Era última oportunidad para exponer sus propuestas en televisión, ya que a partir de hoy los candidatos presidenciales no pueden seguir haciendo campaña en los medios. En el tradicional debate del canal de mayor audiencia en Brasil, que fue decisivo en anteriores elecciones, los candidatos llamaron a los electores a no votar motivados por el odio. La ecologista Marina Silva, tercera candidata más votada en las dos últimas elecciones presidenciales, afirmó que la mitad de los electores quiere votar por odio a Bolsonaro y la otra mitad por odio al Partido de los Trabajadores, la formación de Haddad.

"Si permanece ese ambiente de miedo a Bolsonaro, de miedo a Haddad, de rabia de uno u otro, Brasil vivirá los próximos cuatro años una situación de completa inestabilidad económica, política y social", afirmó la ecologista.

La mayoría de los siete candidatos que participaron en el debate se refirió a la radicalización que divide al país entre Bolsonaro, que lidera los sondeos con el 35 % del favoritismo y no acudió al debate debido a que se recupera de la cuchillada que sufrió en septiembre, y Haddad, el ahijado político del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y que lo escolta con el 22 %.

Según las encuestas, el ultraderechista y el socialista serán los dos más votados el domingo, pero, como ninguno conseguirá más de la mitad de los votos, tendrán que medirse en una segunda vuelta, en la que están técnicamente empatados en intención de voto.

"Creo que el presidente que sea elegido en estas circunstancias no va a gobernar. Tendremos otra destitución", afirmó el candidato laborista Ciro Gomes al recordar que lo mismo ocurrió en 2014, cuando Dilma Rousseff se impuso por poco margen en las elecciones con un país igualmente polarizado y terminó destituida.

Los candidatos cuestionaron con severidad a Bolsonaro por no haber acudido al último debate con la disculpa de que se recupera de las heridas causadas por la cuchillada que sufrió hace un mes pese a que aceptó conceder simultáneamente una entrevista a otro canal de televisión.

"Quería hacerle una pregunta a Bolsonaro en el debate pero nuevamente se acobardó. Está dando una entrevista a una televisión y no está aquí para debatir con nosotros", aseguró Marina Silva.

El ultraderechista, polémico por ser un defensor de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985 y por sus declaraciones de tono machista, racista y homófobo, pasó casi toda la campaña hospitalizado y ha preferido dirigirse a los electores tan sólo por las redes sociales.

"Bolsonaro fue dado de alta y está dando a esta misma hora una entrevista a otra televisión a la que le dedica el mismo tiempo que este debate. Infelizmente huyó para no responder nuestra dudas. No creo que una persona que no se somete a un debate pueda ser un buen presidente", coincidió Ciro Gomes.

Según datos parciales de mediciones de audiencia, la entrevista de Bolsonaro en la red Record, que no lo cuestionó sobre nada polémico, tuvo la mitad de la audiencia que el debate en la red Globo en que siete candidatos se atacaron entre sí.

"Es importante que el elector sepa que alguien huye y se esconde no tiene condiciones de gobernar. Para asumir el país tendrá que hacerle frente a los problemas y no huir. Y él huyó de un debate que todos encaramos con seriedad y respeto al elector pese a que estamos sujetos a críticas", dijo por su parte el exministro de Hacienda Henrique Meirelles, candidato del Movimiento Democrático Brasileño.

Pese a que la mayoría de las críticas fue dirigida a Bolsonaro, los candidatos de centro no se esquivaron de cuestionar también a Lula, el padrino político de Haddad y que fue impedido de disputar las elecciones por estar encarcelado y purgando una condena de 12 años de prisión por corrupción.

"En la competición de las mentiras y de la corrupción, el PT gana medalla de oro", afirmó el senador Alvaro Dias, candidato del partido Podemos y que recordó todos los escándalos de corrupción que salpicaron a la formación de Lula en los trece años en que estuvo en el poder en Brasil.

Interrogado sobre las razones por las cuales el PT no hacía una autocrítica por los problemas que había generado en el país, Haddad afirmó que en diferentes oportunidades ha reconocido los errores y las necesidades de ajuste, pero aclaró que nadie puede desconocer que su partido también hizo mucho por la eliminación de la pobreza.

"Yo tengo ética, historia, una vida pública sin ningún reparo. No existe nada en mi vida que no sea producir el bien", agregó el candidato del PT al desmarcarse de varios de los dirigentes de su partido encarcelados o investigados por corrupción.


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