Giardina contaba con botón antipánico y había realizado denuncias previas contra su expareja; sin embargo, la orden de restricción que pesaba sobre Laurta había expirado el día anterior al crimen,
“Estoy otra vez con problemas con el progenitor de mi hijo, no se le puede decir padre, así que tengo que estar atenta. Ya consulté igualmente al lado para ver si es de ellos, todavía no me respondieron, por las dudas yo pregunto, gracias. Cualquier cosa que se vea, por favor avísame o a la Policía. Gracias y perdón”.
El 2 de setiembre Luna Giardina envió ese mensaje a una vecina, según difundió el medio de Córdoba (Argentina) El Doce. Tenía 26 años, era madre de un niño de 5, y un mes después sería víctima de un doble homicidio en esa provincia argentina.
El pasado sábado, Giardina y su madre, Mariel Zamudio, de 54 años, fueron asesinadas en su casa del barrio Villa Serrana, en la ciudad de Córdoba. El autor fue su expareja, Pablo Laurta, un ciudadano uruguayo que, tras el crimen, huyó con el hijo de ambos. Fue detenido el domingo en Gualeguaychú cuando intentaba cruzar la frontera hacia Uruguay.
Laurta, acusado por doble femicidio y de huir con su hijo, permanecerá detenido en la cárcel provincial de Bouwer, donde será sometido a pericias psiquiátricas.
Giardina contaba con botón antipánico y había realizado denuncias previas contra su expareja. Sin embargo, la orden de restricción que pesaba sobre Laurta había expirado el día anterior al crimen, y al no renovarse, él pudo acercarse nuevamente a la vivienda.
Cerca del mediodía del sábado, los vecinos escucharon disparos y luego vieron salir al agresor con el niño. Cuando llegó la Policía, encontró los cuerpos de las dos mujeres.
La hermana de Luna, Laura Giardina, que vive en Chile, estaba en viaje hacia Córdoba para acompañar a la familia. En declaraciones a El Doce, dijo que “esto es una historia que viene hace mucho tiempo” y que su hermana “tenía denuncia, orden de alejamiento, toda la parte de protocolos legales, lo tenía cubierto y el final fue fatal”.
Contó también que había hablado por última vez con ella dos semanas antes del crimen, y que la notó “muy feliz, muy contenta” con sus estudios de Agronomía.
Laurta era impulsor del movimiento "Varones Unidos", con presencia activa en redes sociales y foros digitales. La organización mantiene un discurso abiertamente antifeminista y afirma buscar “incorporar la perspectiva masculina a las discusiones de género”.
El acusado tenía además una empresa de marketing digital, V. Contenidos, en Montevideo, y en su cuenta de X (exTwitter) compartía mensajes agresivos hacia el feminismo. En uno de ellos escribió: “No hay futuro para una sociedad donde las mujeres tengan un estatus superior al de los hombres”.
En diciembre pasado, el juez Gabriel Tavip había rechazado un pedido de restitución internacional del hijo de Laurta, una decisión luego ratificada por el Superior Tribunal de Córdoba. Lo que estaba en disputa era el lugar de residencia del niño.
Sus dos primeros años los vivió en Córdoba, y luego alternó estancias entre Uruguay y Argentina, hasta que su madre decidió establecerse definitivamente en esta ciudad. El niño cumple 6 años este martes.
Mientras avanza la causa por el doble femicidio, la Justicia también sigue una línea vinculada a la desaparición de Martín Palacios, un remisero de 49 años de Concordia, de quien no se sabe nada desde hace cinco días.
Medios argentinos informaron que durante un allanamiento en la habitación donde se quedó Laurta en Gualeguaychú hallaron la billetera del remisero y ropa con manchas de sangre.
El 9 de octubre, el Toyota Corolla blanco de Palacios fue hallado incendiado en Córdoba, cerca de la ruta de las Altas Cumbres. Dos días antes, su familia había denunciado que no podían comunicarse con él. La última vez que se supo algo fue cuando aceptó un viaje contratado por Laurta.
El ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, informó que la principal hipótesis es que el femicida habría asesinado al chofer antes de ingresar a la provincia. La última ubicación del celular de Palacios se registró en Federación, a menos de 70 kilómetros de Concordia, el 7 de octubre. Desde entonces, no hay rastros de él.

