La tormenta dejó al menos 274 muertos, 280 desaparecidos, 220.000 evacuados y pérdidas materiales por más de 100 millones de dólares.
Bopha ha sido el más fuerte de los 16 tifones que azotaron a Filipinas en el año. Muchas personas han muerto enterradas por aludes, otros ahogados, algunos desaparecieron arrastrados por la correntada y los menos murieron electrocutados o golpeados por objetos arrastrados por la tormenta.