El canciller uruguayo consideró que la medida adoptada permite la intervención armada sobre Venezuela y aseveró que “Uruguay jamás se prestará para justificar acciones de esta naturaleza”.
Los países que conforman el pacto de defensa interamericano TIAR decidieron este lunes activar el tratado para actuar de forma colectiva con el fin de sancionar a altos funcionarios del gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Esta iniciativa promovida por Estados Unidos fue aprobada por 16 votos a favor, de un total de 19 países que componen el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), también conocido como el Tratado de Rio, con el voto en contra de Uruguay, la abstención de Trinidad y Tobago y la ausencia de Cuba.
Uruguay se retira del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) por “obsoleto, inconducente y por su uso inapropiado”, informó el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa. El canciller uruguayo consideró que la medida adoptada el lunes 23 en Nueva York permite la intervención armada sobre Venezuela y aseveró que “Uruguay jamás se prestará para justificar acciones de esta naturaleza”.
Señaló que la resolución permite el ingreso de extranjeros para la captura, extradición y sanción de personas sin el consentimiento de ese país, posibilidad que calificó por fuera del derecho internacional. “La lucha contra la delincuencia se lleva a cabo en cada país, con la colaboración internacional, pero con el consentimiento del país”, definió. Para el jerarca, la resolución abre la puerta a la intervención armada en Venezuela.
“Uruguay jamás se prestará para justificar acciones de esta naturaleza, tomó la decisión de votar en contra de esta resolución, no a favor del Gobierno de Venezuela, sino a favor del derecho internacional, de la paz y de la institucionalidad de las organizaciones internacionales”, concluyó Nin Novoa.
Reiteró que Venezuela no integra la Organización de Estados Americanos y que la presencia de una delegación de ese país en los ámbitos panamericanos “contribuye a erosionar permanentemente la institucionalidad” y sentenció: “El rol de Uruguay es el que siempre ha tenido a lo largo de toda su historia y que ha sido el orgullo de los uruguayos: fomentar la paz, el entendimiento y el diálogo para la solución de las controversias”.
Nin Novoa subrayó que artículo n.º 53 de la Carta de las Naciones Unidas prohíbe el uso de medidas coercitivas, armadas y no armadas, sin la mediación del Consejo de Seguridad. Por este motivo, calificó como ilegal la resolución del TIAR suscripta ayer.
Aseveró que los países firmantes de la resolución del Consejo Consultivo de TIAR ya tenían los votos para aprobarlo. Descartó por absurdas las afirmaciones de la oposición de una supuesta defensa a Venezuela por parte de Uruguay en base a un vínculo económico.
El TIAR es un acuerdo entre los países del continente americano suscripto en 1947. Rememoró que su firma se basaba en la cooperación conjunta para responder los ataques armados del exterior del hemisferio. “Nunca se había usado desde su creación. El día que se quiso usar, en la Guerra de las Malvinas (1981), Estados Unidos consideró que el agresor era Argentina”, recordó el canciller uruguayo.
Ayer en Nueva York, durante la reunión que aprobó la resolución, el vicecanciller Ariel Bergamino explicó que el TIAR no fue suscripto para encarar en forma conjunta los conflictos o amenazas internas y calificó la decisión como un antecedente peligroso e inaceptable.
Además, señaló que la resolución menoscaba a la propia organización, que cuenta con otros mecanismos para solucionar conflictos sin necesidad de recurrir a interpretaciones que intentan ocultar intencionalidades políticas como, por ejemplo, el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas de 1948, también conocido como Pacto de Bogotá, como un instrumento diplomático más adecuado que el TIAR.
Por otra parte, mencionó ante los representantes de los países integrantes del acuerdo que un protocolo de reforma del TIAR elaborado en 1975 no alcanzó la cantidad de ratificaciones necesarias para entrar en vigor. Desde esa época, Uruguay considera a este instrumento diplomático como “muerto y enterrado”, sintetizó.
(Con información de AFP y Presidencia)
