La cifra surge del cruzamiento de datos del Banco de Previsión Social con las instituciones de enseñanza.
A principios de julio el BPS anunció que 15.994 niños y adolescentes perderían el beneficio de asignaciones familiares porque no estaban inscriptos en ningún centro de estudio.
Tenían plazo hasta principios de agosto para comprobar que estaban yendo a clases. El Mides participó en la tarea de ubicar a las familias e intentar regularizar cada situación. 11.334 perdieron el beneficio a partir de agosto.
El presidente del BPS, Heber Galli, explicó:
Se mantiene la tónica de que se trata de dos tercios de gurises de secundaria y un tercio de gurises de primaria. También me importa destacar que es la cifra más baja de los cinco controles que llevamos hechos desde el año 2013. En el primer control se suspendieron 31.000 beneficiarios.
El sistema es abierto y si más adelante certifican que están estudiando, a la semana siguiente volverán a tener el beneficio.
