La Conferencia Episcopal difundió los líneamientos que los católicos uruguayos deberían tener en cuenta a la hora de votar en las próximas elecciones.
“A los uruguayos nos alegra vivir en democracia” dice parte del comunicado el cual busca que los obispos transmitan a los fieles. Dándole “elementos para el discernimiento electoral”, este comienza haciendo referencia a la reforma constitucional de 1917, que separó a la Iglesia del Estado.
Allí se destaca que a pesar de altibajos, el relacionamiento fue madurando hacia una “laicidad positiva” y una real colaboración.
“La Iglesia Católica no se compromete con ningún partido, pero alienta el compromiso político de los laicos católicos, consciente de que la política es una de las formas más preciadas del amor, porque busca el bien común. Al mismo tiempo invita a quienes actúan en la política partidaria a conocer a fondo la rica doctrina social de la Iglesia”, dice el texto.
El primer elemento al que se refieren a tener en cuenta al momento de definir a quién votar es el vinculado a la legalización del aborto, a lo que la Iglesia se opone enfáticamente.
"En primer lugar, la valoración de la vida desde su concepción hasta la muerte natural. Creemos que el camino a recorrer, como sociedad, es poner los mejores esfuerzos para que ninguna mujer se vea enfrentada al drama del aborto, que es la peor de las soluciones", dice el documento.
En otro punto del comunicado se pregunta al respecto “cómo cuida el Estado la institución familiar”.
Los obispos expresaran su preocupación que “desde algunos ámbitos del Estado se difunda una visión de la persona y su sexualidad encaminada a la ‘deconstrucción’ de la familia, lo que equivale a su destrucción”.
"Estamos sufriendo en Uruguay una auténtica ‘colonización ideológica', denunciada en más de una ocasión por el Papa Francisco y por nosotros mismos", añaden.
La Iglesia reclama una vez más la necesidad de que los padres decidan la educación que quieren brindar a sus hijos sin interferencias del Estado.
Por otra parte se hace mención al documento presentado por la CEU en abril de 2018, en el que se subraya que, más allá de los progresos económicos y de redistribución, siguen subsistiendo graves situaciones de pobreza.
