La canciller Ángela Merkel afirmó que están ante una nueva pandemia.
El gobierno de Alemania reforzará el confinamiento durante los primeros cinco días de abril para frenar el avance de la variante británica del coronavirus.
La mayoría de los comercios cerrarán y los oficios religiosos se anularán o se celebrarán en línea.
De esta forma, Alemania da marcha atrás en el levantamiento de restricciones por la pandemia y afronta una Semana Santa atípica, con un país casi completamente cerrado, por el aumento de contagios, tras un difícil acuerdo entre el Gobierno y las regiones, que no estuvo exento de polémica.
Este martes las cifras oficiales respaldaron a los partidarios del nuevo confinamiento al confirmarse que la incidencia del Covid-19 supera los 100 casos semanales por cien mil habitantes.
Durante las horas de vídeoconferencia entre la canciller, Angela Merkel, y los primeros ministros de las regiones alemanas, quedaron en evidencia las marcadas diferencias de criterio y estrategia, por ejemplo, entre estados del norte, menos partidarios de las restricciones, y otros como Baviera, decididamente apostando por el cierre de la vida pública para frenar el avance de la tercera ola.
Un asunto central en el debate del lunes previo al anuncio de la marcha atrás fue el de las posibles vacaciones en Mallorca, destino preferido de los alemanes, después de que varios estados federados lamentaran que se fuera a dar la paradoja de que se podrá viajar a la isla española pero no a la costa del mar Báltico.
El Gobierno federal y las regiones decidieron que se obligará a todos los viajeros a hacerse un test PCR negativo al llegar al país desde cualquier lugar del mundo, aunque no sea considerado zona de riesgo.
