Alerta roja permitió alcanzar a población que no suele ir a refugios; en su mayoría son hombres jóvenes y habituales consumidores de droga

Existe un grupo de personas que se niega a ir a los refugios por diversas razones: malas experiencias, incompatibilidad de las normas con su forma de vida o dificultades de convivencia.

La población que vive en calle y llegó a centros de evacuación es joven, casi toda consume drogas, y más masculinizada que la que accede habitualmente a refugios. La evacuación forzosa permitió alcanzar a un sector de esa población que normalmente no acepta ir a refugios.

Quienes llegaron a los centros de evacuación durante las noches de alerta roja por frío extremo constituyen un grupo de características diferentes a las de la población usuaria habitual de los refugios. 

Según datos presentados por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) en la Comisión de Población de Diputados, y publicados por el diario El Observador, existe un grupo de personas que se niega a ir a los refugios por diversas razones: malas experiencias, incompatibilidad de las normas con su forma de vida o dificultades de convivencia. Se trata principalmente de personas jóvenes, mayoritariamente hombres y consumidores frecuentes de drogas.

De quienes pasaron la noche en centros de evacuación, cerca de la mitad no habían pernoctado en refugios en los últimos seis meses. Si se considera cuántos pernoctaron menos de ocho noches, el porcentaje sube al 66%.

Pese a su opinión negativa de los refugios, dos tercios de los usuarios de los centros de evacuación valoraron positivamente la infraestructura y la convivencia en estos nuevos espacios.

Hasta el 1° de julio, día de la comparecencia del Mides ante la comisión, 2840 personas habían sido atendidas. Según datos del ministerio, al menos 950 estaban en el interior del país. De estas, 840 fueron a refugios del Mides y 110 a centros dispuestos por la alerta roja.