La pauta fue elaborada en conjunto por Salud Pública, Facultad de Medicina y Sociedad de Médicos del Trabajo y tiene el aval del Ministerio de Trabajo, del de Ganadería y del INAC.
Si bien los frigoríficos tienen altas exigencias en cuanto a limpieza y desinfección para garantizar la seguridad de los alimentos, las autoridades del área recuerdan que la cercanía entre trabajadores, las bajas temperaturas y la carga física aumentan la frecuencia respiratoria, lo que puede favorecer la transmisión del virus.
En cuanto a la organización, se sugiere tener accesos diferenciados para entrada y salida y horarios escalonados a fin de evitar cruces. También se deben tomar los datos de todas las personas ajenas a la empresa que ingresen, al igual que de los trabajadores tercerizados.
De ser necesario, se reorganizarán los puestos de trabajo y se realizarán ajustes para mantener al menos dos metros de distancia entre las personas, como variar la velocidad de la línea de producción, o se pondrán barreras físicas como mamparas. Si esto es inviable, se reforzarán los equipos de protección personal de cada trabajador.
En el caso de camiones o vehículos con una sola fila de asientos, no podrán viajar más de tres personas, usando mascarillas, con las ventanas abiertas y con alcohol en gel y pañuelos descartables a disposición.
Se sugiere crear equipos de trabajo que funcionen como burbujas para minimizar los encuentros entre personas, y que a cada trabajador se le proporcionen sus propias herramientas y equipamiento de trabajo para evitar compartirlos.
El protocolo aplica tanto al procesamiento de carnes, como a la faena, abasto y elaboración y se refiere a carnes rojas, de aves, pescado y moluscos o chacinados.
