"El sector rural debería aprovechar para lograr empatía y borrar el muro entre los montevideanos y la gente del campo", afirmó el sociólogo.
El presidente Tabaré Vázquez accedió el lunes a reunirse con representantes de varias de las gremiales agropecuarias, en el marco de una crisis en el sector del campo y en las relaciones entre los productores rurales y el Gobierno nacional.
Analizamos la relación campo-Gobierno junto al sociólogo especialista en comunicación política Federico Irazábal.
¿Cómo se puede interpretar la reunión del lunes?
La reunión fue acertada por la rapidez con la que se dio. Yo no esperaba una respuesta tan rápida por parte de la Presidencia. También creo que es acertada la composición del equipo que acompañó a Vázquez –director de OPP y los ministros de Economía, Relaciones Internacionales y Ganadería–, mostrando que el Gobierno tiende la mano a intentar abrir un espacio de diálogo.
También creo que es acertada la distinción que hace Vázquez sobre la heterogeneidad del sector frente al que se está en este momento: las características y las demandas de cada uno sin distintas y deberían ser atendidas de manera diferenciada.
La inesperada celeridad con la que se marcó la reunión
Me sorprendió la rapidez. Sobre todo viniendo de Tabaré Vázquez, que es un individuo bastante metódico, estructurado en sus decisiones. Creo que es acertada esta decisión. Es un hecho positivo.
Al inicio pareció tener un tono bastante burocrático, parecía que el presidente da hora para tal día a tal hora, como el médico de una mutualista. Pero creo que es acertado.
La ausencia de la Federación Rural
Me da la impresión de que obedece a una característica de la constitución del tipo de asociación de la que se trata. Es una federación, por lo que tiene una estructura bastante más horizontal. Debido a lo rápido de la convocatoria, que fue a través de la ARU, entiendo que habrá decidido consultar a todas sus partes, y por eso decidió no concurrir.
Enzo Benech como sucesor de Tabaré Aguerre y las medidas del Gobierno
Creo que Aguerre no tenía una mala relación con las gremiales rurales. Y, por lo tanto, de permanecer Benech y la misma línea de gestión, no deberíamos esperar cambios significativos.
El último ajuste de tarifas, las últimas medidas en términos macroeconómicas indican que hay poco margen para cambios económicos.
El fenómeno de las movilizaciones autoconvocadas
Es un fenómeno característico de los nuevos tiempos, donde los medios de comunicación ya no marcan la agenda. Es decir, la agenda en este caso la marca un conjunto de productores, denominados autoconovocados, cuyos representantes no sabemos muy bien quiénes son. Tenemos alguna plataforma reivindicativa, pero bastan sui generis.
Esto es reflejo del mayor acceso a los medios electrónicos y de la influencia de las redes sociales. El sector rural debería aprovechar una oportunidad que se le está abriendo para mostrar, a través de estrategias concretas de comunicación, un determinado grado de empatía con la ciudadanía, mostrar las historias de quienes están pasando mal y están perjudicados para borrar el muro entre los montevideanos y la gente del campo.
La posición de las gremiales
Las gremiales van a quedar en una posición dificultosa en la medida en que este grupo de autoconvocados crezca, adquiera un determinado protagonismo y comience a mostrar figuras visibles.
En este caso, es difícil para una gremial ir contra otros pares que no estén afiliados.
El diálogo a partir de ahora
Habrá que esperar a ver qué peso tiene la convocatoria para el próximo 23 de enero en Durazno. Habrá que ver si se empiezan a visibilizar los líderes de ese movimiento autoconvocado y quiénes son los locutores válidos.
Va a depender mucho de cuánto se politice partidariamente estas instancias.
