Cómo una llamada al 911 en Uruguay permitió esclarecer presunto secuestro de un niño; implicó a Interpol, FBI y la operadora del juego "Free Fire"

El hecho se dio el pasado miércoles 28 de setiembre, cuando una mujer llamó al 911 en Uruguay para hacer una denuncia: afirmó que se encontraba jugando en línea al conocido “Free Fire” cuando recibió un pedido de ayuda por parte de otro jugador que afirmaba tener ocho años, residir en Argentina y estar secuestrado.

Una llamada al 911 en Uruguay disparó un operativo conjunto entre autoridades policiales uruguayas, argentinas y del FBI de Estados Unidos con el objetivo de atender un presunto caso de secuestro en Argentina.

El hecho se dio el pasado miércoles 28 de setiembre, cuando una mujer llamó al 911 en Uruguay para hacer una denuncia: afirmó que se encontraba jugando en línea al conocido “Free Fire” cuando recibió un pedido de ayuda por parte de otro jugador que afirmaba tener ocho años, residir en Argentina y estar secuestrado.

Esa llamada gatilló varios mecanismos que derivaron en un operativo internacional. El primer paso fue poner en conocimiento al Departamento de Delitos Informáticos de la Dirección General de Lucha Contra el Crimen Organizado y a Interpol Uruguay. 

Posteriormente, “con el consentimiento de la Fiscalía de Flagrancia de 7º Turno se realizaron comunicaciones internacionales a integrantes de la Red G7 24/7 en Estados Unidos (red para el tratamiento y la preservación de la evidencia digital en cualquier parte del mundo), quienes brindaron la más alta cooperación a fin de contactarse con los administradores de Garena Free Fire”, recoge un comunicado del Ministerio del Interior uruguayo divulgado este martes. 

Además, Interpol Argentina se comunicó con la División de Delitos Cibernéticos Contra la Niñez de la Policía Federal Argentina para que, a través de sus bases de datos, se pudiese identificar al niño en cuestión. ¿El desafío? La usuaria del juego solo contaba con su nombre de pila. “Paralelamente trabajaban en conjunto equipos de la Policía Federal Argentina, Red G7 24/7, el FBI y el grupo investigador de nuestro país”, señala Interior.

Con el aporte de la empresa que opera el juego, los equipos policiales de Argentina lograron determinar “la existencia real del menor” y “ubicarlo en menos de 48 horas, además de establecer que “se encontraba estable y fuera de peligro”. 

“Tras ser asistido por un equipo médico y de psicólogos, los profesionales pudieron determinar que el menor requería apoyo psicológico, ya que podría estar siendo víctima de bullying en su colegio”, agrega el comunicado.

Más allá de la situación del niño y del resultado del operativo, desde el Ministerio del Interior remarcan que “con esta investigación quedó de manifiesto el principio de cooperación internacional y la inmediatez para resolver casos altamente complejos, cobrando relevancia la atención primaria de la denuncia por parte del Servicio de Emergencias 9-1-1 que accionó el mecanismo de investigación, además de que este trabajo resalta los canales internacionales de colaboración que se han creado por parte del Ministerio del Interior”.

Puntos claves del caso

Telemundo consultó por este hecho a la encargada del departamento de Delitos Informáticos de Interpol, Priscila Trindade, quien destacó el trabajo multidisciplinario realizado por la policía. Recalcó que traspasó fronteras y permitió ayudar al niño que si bien no estaba secuestrado como había dicho, sí necesitaba ayuda.

"Inmediatamente, comenzó todo un trabajo en equipo para poder determinar el hecho y darle la prioridad al caso que hasta el momento no sabíamos si se trataba de alguien que estuviera corriendo peligro", explicó."Se pudo determinar la dirección IP de conexión de esa casa.

Los colegas de Argentina estaban expectantes por la información; pudieron determinar la residencia de ese menor y que efectivamente confirmar que ese niño existía", explicó. "No estaba corriendo riesgo físico pero sí era un niño que estaba solicitando ayuda psicológica por lo que fue atendido por un equipo multidisciplinario", añadió.

El menor residía junto a sus padres y hermanos. Sin embargo, no tenían conocimiento de la situación que atravesaba su hijo de bullying. "Cuando vieron la presencia policial se sorprendieron", relató Trindade.

"Configuración de delito no hubo si bien fue un caso que no se podía omitir porque estas situaciones se toman como real hasta poder confirmar que no hay nadie corriendo peligro", aclaró.

Este hecho también permitió constatar el alcance que pueden llegar a tener los delitos informáticos. "Sabemos que son delitos internacionales, no tienen frontera. Entonces, es necesaria cada día más la colaboración entre todas las policías y todas las instituciones del mundo", subrayó.


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