La empresa emitió un comunicado en el que asegura que el sindicato ha incurrido en “excesos” y “presiones indebidas”.
El conflicto en la industria láctea se debe a que el sindicato de trabajadores reclama mayor salario y mejores condiciones laborales. Por eso desde el 21 de junio trabajan a reglamento.
Según Conaprole, es “totalmente inviable económicamente” acceder a los reclamos que el sindicato “pretende imponer mediante la fuerza y contra la razón”, porque implicarían bajar el precio de la leche a los productores.
En el comunicado, la empresa asegura que en las últimas semanas la operativa se ha visto “gravemente afectada” por las medidas gremiales. Según Conaprole, generan “importantes perjuicios económicos y que ponen en riesgo la normal actividad en los tambos y el correcto suministro de los productos a la población y a los clientes en el exterior”.
Tanto las gremiales de tamberos como Conaprole consideran que no son oportunas las reivindicaciones debido a la situación de endeudamiento que atraviesa el sector lechero.