Cubierto de sangre y con un dedo amputado, un hombre llegó pidiendo ayuda a una casa de Médanos de Solymar

Un hombre con varios antecedentes penales fue condenado en relación con este caso por un delito de lesiones gravísimas agravadas.

La Jefatura de Policía de Canelones investiga un presunto caso de tortura a un hombre de 45 años. El Ministerio de Salud Pública (MSP) certificó que la víctima, que solicitó ayuda a vecinos del barrio Médanos de Solymar el pasado domingo, tiene un traumatismo de cráneo con hundimiento de cabeza y un dedo de la mano derecha amputado.

Según el parte policial, vecinos de Médanos de Solymar denunciaron el hecho a través del Servicio de Emergencias 911, que dio aviso a efectivos de la seccional 27 de El Pinar.

Los policías se trasladaron a la calle Acuña de Figueroa y entrevistaron a testigos, que informaron que el hombre se había presentado en su casa cubierto de sangre y solicitando auxilio. En ese momento se presentó allí un automóvil blanco conducido por un hombre que empezó a amenazar a la víctima, que se fugó a pie y fue perseguido por el conductor.

Fue entonces que la Brigada de Homicidios intervino en el caso, y en conjunto con los policías de la seccional de El Pinar avistaron el auto en Avenida Giannattasio. Allí le hicieron señales de alto al conductor, que no acató a la orden, intentó embestir a los oficiales y se dio a la fuga. Entonces empezó una persecución, que desembocó en la calle República de Bolivia, donde el conductor despistó.

Dos hombres salieron del vehículo e intentaron escapar del lugar. La Policía pudo detener a uno de ellos, Fernando Álvarez Fernández, un hombre de 54 años apodado "Canario" que tenía varios antecedentes penales. En el parte policial figura ya que había sido condenado por los delitos de falsificación de documentos, violación de domicilio, suministro de estupefacientes, tres por hurto, transporte de estupefacientes, porte y tenencia de arma de fuego, asistencia a los agentes delictivos y negociación de estupefacientes.

Tras la persecución, le incautaron proyectiles calibre 38 y un teléfono celular, que intentó romper cuando fue capturado.

Álvarez fue conducido a la Justicia Letrada de Ciudad de la Costa, que lo condenó a cuatro años y seis meses de prisión por el delito de violación de domicilio agravado en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de lesiones gravísimas agravadas.


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