Ahora enfocará su trabajo en la población más vulnerable, en cooperación con el Mides.
En este sentido, se apuntó:
“Nosotros hemos ajustado los procesos. Hemos evitado alguna burocracia que se daba. Por tanto, los plazos se han acotado bastante. Las residencias temporarias, en un mes o dos están. Y las definitivas son las que demoran un poco más, dependiendo a veces de que traigan la documentación que se exige, pero también se ha reducido considerablemente. Lo que se pretende es que exista y se dé la regularidad, que la persona pueda regularizarse, obtener documentas y, por lo tanto, acceder a derechos. Y aquellos que por alguna razón tiene una complicación, y están en una especial situación de vulnerabilidad, poder gestionarle por medios del Mides esa documentación y que se los habilite a poder realizar su residencia.
Si uno mira las estadísticas, el ingreso y egreso es bastante sostenido en los últimos años. En materia de residencias no impacta demasiado porque no supera el 1 % de lo que es la población en general. Si bien somos de acogida, no hay un ingreso sostenible que pueda generar algún tipo de prevenciones especiales”.