Lo deberán cumplir tanto los visitantes, como los funcionarios y los expositores.
Desde la entrada ya se ve que es un año muy diferente a los anteriores.
Las medidas comienzan al llegar y algunas de ellas se mantienen tanto en espacios abiertos como cerrados del predio.
"Se compran las entradas, después pasan por una barrera sanitaria en la cual se encuentran con personas que le tomarán la temperatura y se les pasa alcohol en gel o líquido en las manos", explicó Belén Bentancur.
Nadie puede sacarse el tapabocas. Si alguien no lo lleva, se le regala uno en la puerta.
"Al menos podemos venir a esta muestra, sería una pena que siendo tradición no pudiéramos en aras de cuidar un protocolo sanitario venir. Así que lo estamos disfrutando en las medidas de las posibilidades", dijo la vicepresidenta Beatriz Argimón.
