El 35 % de los presos en Uruguay está en condiciones inhumanas, crueles o degradantes

El sistema tiene dos caras: prisiones modelo y otras que no tienen condiciones para la rehabilitación de los internos.

El comisionado parlamentario de cárceles, Juan Miguel Petit,  presentó su informe sobre la situación del sistema penitenciario en donde destaca que hubo avances en varios centros del país.

En Uruguay algunas cárceles rehabilitan y otras no. "Hay algunas cárceles que son una referencia internacional, que son cosas muy buenas que están pasando", dijo Juan Miguel Petit a Telemundo. Punta de Rieles vieja, Salto, Juan Soler, el Polo Industrial, Campanero,  entre otras, son las luces claras que tiene el sistema, dijo Petit. Pero esto convive con manchas oscuras.

"Hay que seguir invirtiendo, no solamente en recursos sino también en tiempo para pensar cómo articular recursos que ya tiene el Estado y que a veces no entra del todo en las cárceles", dijo Petit.

El informe destaca que el hacinamiento se bajó a niveles mínimos y que hay trabajos con perspectiva de género y derechos humanos, con personal más capacitado y pautas para combatir los malos tratos y la corrupción.

El principal problema de las cárceles, dice el informe, es que aumentan la desintegración social  y la reincidencia. "Donde hay apuñalamientos, donde hay extorsiones y donde hay lesionados, es donde hay baja cantidad de estudio, de trabajo, de convivencia, de deporte. Son las grandes unidades metropolitanas, lugares donde hay carencia de personal. No es que allí estén las peores personas ni las personas con ADN destructivo. Ahí están las peores condiciones", sentenció Petit.

Uruguay tiene 11 mil presos en 26 cárceles.  El 35  % de ellos está en unidades con condiciones inhumanas, con tratos crueles o degradantes. En 2018, 27 reclusos murieron de forma violenta dentro de las prisiones en donde cada día hay 6 lesionados por puñaladas o cortes.

El 25 % de los presos estudia y el 39 % trabaja al menos una vez al mes. Uno de cada tres reclusos dice que cometió delitos porque actuó bajo el efecto de drogas.

Petit en el informe habla de un doble castigo a los presos: el de la ley y el del Estado al no asegurarles los derechos. Por eso recomienda establecer escuelas de oficios, trabajo con las familias, más educación y atención en salud mental y adicciones.


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