La defensa del colegio consideró que el fallo del juez consagra una ideología paternalista y espera que el tribunal que estudiará la apelación revoque la sentencia.
El Colegio Santa María discrepa con los argumentos del fallo del juez Gerardo Álvarez cuando dice que la institución no supo abordar las dificultades de la niña y debe adaptar su ritmo.
“Es una afirmación temeraria, dado que no se apoya en ninguna consideración técnico pedagógica para sostener que las adecuaciones realizadas no fueran las apropiadas”, indica la apelación.
El escrito al que accedió Telemundo enumera las dificultades que tiene la niña, además de dispraxia, otros síntomas identificados por la maestra, como la falta de respuesta a las consignas recibidas, la falta de comprensión y de la concentración necesaria para realizar las tareas, pero que no fueron identificadas por el equipo externo de apoyo que tenía la niña.
“El colegio nunca desatendió esas dificultades por el contrario, estuvo en comunicación permanente con el equipo contratado por los padres de la niña, a fin de diseñar estrategias que la favorecieran”, agrega el escrito.
Se agrega además que no se ha dicho ni sugerido que la niña no sea capaz o que no pueda continuar su proceso escolar como sostiene el magistrado, sí se detectó dificultades para trabajar en equipo.
“Ninguno de los técnicos que pagan los padres de la niña asistió a la clase para verla trabajar Es muy diferente la evaluación que se puede hacer cuando se trabaja en forma individual o en grupos pequeños que la que pueda hacer la maestra”, indica.
La defensa del colegio dice además que es absolutamente falso que la decisión del colegio tomara por sorpresa a los padres porque está escrito en los boletines trimestrales y habían hablado personalmente con ellos. Inclusive presentan un testigo de la institución que afirmó que en una conversación de setiembre los padres habían dicho que preferían que la niña repitiera antes de tener que medicarla.
En cuanto a la afirmación del juez en su fallo que “no se puede someter a un niño a una frustración tan grande como es una repetición”, el colegio afirmó:
“La repetición lejos de ser una sanción fue concebida para darle tiempo para afianzar los conocimientos adquiridos y lograr así, en el 2019, un pasaje más sólido a quinto año”.
Y consideró:
“El magistrado consagra una ideología paternalista, común en ambientes familiares donde la repetición es un castigo y no lo que realmente es: una herramienta pedagógica, discutible pero VIGENTE”.
Además, el colegio consideró que la sentencia está sesgada ideológicamente y que “el magistrado no valoró con la misma objetividad todas las pruebas aportadas en estos autos. La sentencia denota que casi no se tomó en cuenta la prueba aportada por esta parte y se restó importancia a los testimonios de la directora de primaria y, principalmente, al de la maestra”.
Y se preguntó:
“¿Con qué autoridad puede un juez, abogado, experto en leyes, evaluar la aptitud de una niña para cursar quinto año de primaria? ¿En qué lugar quedan los maestros, los docentes, si alguien sin conocimientos ni formación en educación puede cambiar su decisión?”
Finalmente afirma la apelación del colegio:
“Estamos ante un agravio al sistema educativo en general, no solo al Colegio Santa María”.
