El estudio fue liderado por Gregorio Iraola junto a Pilar Moreno y Gonzalo Moratorio usando tecnología y metodología británica, de la Oxford Nanopore Technologies.
De acuerdo a la información publicada en redes este domingo, el trabajo fue posible por el esfuerzo de las científicas Cecilia Salazar y Florencia Díaz Viraqué, que trabajan en el Instituto Pasteur y que dedicaron todo el fin de semana a poner a punto el protocolo de secuenciación desarrollado por Artic Network, una empresa que se dedica a generar información epidemiológica en tiempo real sobre brotes virales, que ha sido usado y validado en todo el mundo.
El análisis de estos genomas por parte del laboratorio de genómica microbiana del Instituto permitirá saber de dónde provienen las cepas que ingresaron a Uruguay, cuándo llegaron y si hay diferentes variantes del coronavirus en el país, entre otras. En este mapa se muestra cómo circula el virus por el mundo: y esto según el Instituto Pasteur es útil para:
1) saber, por ejemplo cómo gestionar el cierre de fronteras y qué variantes son. Hoy se conocen 3 variantes (V, G y S) y cuando se sepa el efecto de cada una en la salud (si alguna causa infecciones más severas, por ejemplo) ayudaría a gestionar la atención sanitaria.
2) El momento de ingreso a Uruguay ayuda a determinar si efectivamente entró cuando aparecieron los primeros casos o ya estaba antes. Conocer los tiempos epidemiológicos es fundamental para ver si las medidas de control se tomaron a tiempo.
Por eso, también es importante que estos genomas se hayan secuenciado en menos de 24 horas gracias a tecnología de vanguardia, porque permite obtener información del comportamiento epidemiológico casi en tiempo real durante el transcurso de una epidemia. Este aparatito minION es clave, afirman los científicos.
Así como están trabajando estos científicos uruguayos, lo están haciendo con estas mismas herramientas científicos en todo el mundo. Y para seguir trabajando en esta línea se está gestando un grupo de colaboradores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, que se sumarán para incrementar la capacidad de secuenciación y análisis de genomas.
