El acuerdo se pondrá en práctica luego de que se concrete la instalación de UPM en Uruguay.
El documento prevé agotar instancias de diálogo bipartitas y tripartitas para solucionar conflictos durante la ejecución de las obras. El objetivo es intentar conciliar las partes antes de eventuales despidos o potenciales huelgas.
En este sentido, el acuerdo marco no constituye una cláusula de paz ni innova respecto a los convenios colectivos actuales, pero da una marco de garantías entre las partes.
“No vamos a una huelga sin antes conversar con la patronal cuáles son nuestras aspiraciones. También al revés: vemos que una patronal no puede hacer una reestructura o despedir gente si antes no atraviesa los mismos pasos de negociación”, indicó el secretario general del PIT-CNT Marcelo Abdala.
Para el PIT-CNT, esto no significa atarse de manos si se deben tomar medidas.
El antecedente de la construcción de Montes del Plata, con un modelo de negocio basado en la tercerización de las obras, desencadenó conflictos laborales que extendieron los plazos de construcción y elevaron los costos de la planta en Conchillas.
Para la industria de la construcción, el acuerdo es un primer paso de aspectos que deben ser acordados cuando UPM confirme su inversión.
“Lo vamos a perfeccionar porque no es lo mismo pensar una obra de 50 obreros que una de 8.000 o 10.000. La mayor parte de las obras tratan de tener esa disciplina de negociar antes de ir al conflicto”, señaló el presidente de la Cámara de la Construcción Ignacio Otegui.
