El corte masivo se originó en la línea que une las represas de Yacyretá y Salto Grande.
En Argentina se preguntan si las alarmas funcionaron, si las líneas tienen el mantenimiento adecuado y por qué una falla terminó en colapso de todo el sistema.
En la mira están dos empresas: TRANSENER, el privado que controla la transmisión eléctrica, y COMMESA, el mayorista del sistema eléctrico que está bajo control estatal.
El gobierno afirma que no recibió alerta del desperfecto o, más bien, de los desperfectos que dejaron a los 44 millones de habitantes del país sin servicio.
La explicación técnica refiere una sucesión de hechos, algunos de llos todavía inexplicables.
Una línea de 500 kilovatios estaba fuera de servicio desde abril por el traslado de una antena, cuando otra sufrió un cortocircuito y otra se desenganchó.
Eso desestabilizó las centrales hidroeléctricas que en ese momento estaban generando energía aprovechando el alto nivel de los embalses.
No funcionaron generadores adicionales como la central nuclear Embalse y el déficit llevó al colapso.
El Presidente Macri prometió investigar a fondo y resultados para dentro de diez días sobre el apagón que, como recordaron medios argentinos, no se había producido ni siquiera en los peores momentos de crisis del sistema eléctrico.
