En EE.UU. los inmunizados pueden estar sin tapabocas en ambientes cerrados, ¿por qué en Uruguay no?

La población completamente vacunada en EE.UU. puede estar sin tapabocas en la mayoría de los espacios cerrados, aunque deberán usarlo en sitios con multitudes, como aviones, ómnibus y hospitales.

El jueves de la semana pasada los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) comunicaron que la población completamente vacunada del país puede estar sin tapabocas en la mayoría de los espacios cerrados, aunque deberán usarlo en sitios con multitudes, como aviones, ómnibus y hospitales.

Sin embargo, las personas en igual situación en Uruguay -es decir, aquellos que recibieron las dos dosis de la vacuna y ya pasaron 14 días desde la última inyección- no pueden todavía decirle adiós a la mascarilla. ¿Por qué se observa esta diferencia entre los inmunizados en un país y otro? El infectólogo Julio Medina explicó a qué se debe esta situación a través de una serie de mensajes publicados en su cuenta de Twitter.

Por un lado, señaló el director de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, mientras que Estados Unidos reporta un promedio móvil (en los últimos siete días) de 100 casos de coronavirus cada millón de habitantes, Uruguay tiene 800.

Además, agregó Medina, en el país norteamericano "se ha vacunado preferentemente con vacunas ARN (Pfizer-BioNTech o Moderna)", y en Uruguay la vacuna más extendida es la Coronavac del laboratorio chino Sinovac, que tiene una efectividad menor a las administradas en Estados Unidos.

Medina a su vez planteó que "los CDC también se puede equivocar, como pasó con su demora en aceptar la transmisión por aerosoles para el #SARSCoV2 o años atrás (2014) sus errores durante el brote de Ébola con respecto a las recomendaciones iniciales del equipo de protección personal (EPP)". 

Ante el comentario de un usuario que indicó que esta información "desanima" a las personas que ya recibieron las dos dosis y todavía no pueden "relajar" los cuidados, el experto respondió: "Pienso que todos deberíamos valorar en primer lugar que las vacunas puedan disminuirnos el riesgo de desarrollar una enfermedad grave y eventualmente la muerte. En segundo lugar que nos permitan progresivamente aumentar nuestra socialización. Esto último poco a poco se logrará".


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