Legisladores de todos los partidos políticos intentaron evitar la decisión que había aceptado el expresidente Juan María Bordaberry.
En la invernal mañana del 27 de junio de 1973, los uruguayos se enteraban que los militares controlaban el Gobierno del país, porque a la 1:40 de la madrugada había terminado la última sesión parlamentaria.
Legisladores de todos los partidos políticos intentaron evitar la decisión del golpe de Estado que había aceptado el expresidente Juan María Bordaberry.
Se disolvieron las cámaras: tanques y blindados rodearon el Palacio Legislativo. Los altos mandos militares retumbaron sus botas en el salón de los Pasos Perdidos. Se iniciaba la dictadura con el apoyo de civiles como el de Bordaberry.
Gregorio Álvarez fue uno de los militares que años más tarde fue condenado por la Justicia por el delito de coautoría en reiterados casos de homicidio muy especialmente agravado ocurridos 1978.
Once años y nueve meses de gobierno cívico militar en el que miles de uruguayos fueron detenidos y torturados u obligados al exilio, centenares murieron y otros tanto desaparecidos 45 años después. La resistencia en la calle fue dura.
