También se solidariza con los inmigrantes que han llegado a Uruguay.
El mensaje de la Conferencia Episcopal afirma que el modo de organizar el trabajo no siempre respeta la dignidad de la persona humana.
Marca los cambios acelerados en el mercado laboral con empleos que dejan de existir y el surgimiento de otros.
Advierte que se ha debilitado la carrera ocupacional y que ya no es tan frecuente que una persona trabaje toda su vida en la misma empresa.
Eso debilita vínculos laborales que aseguran la protección social y el apoyo en momentos de necesidad.
Estos factores, dice la Conferencia Episcopal, contribuyen a que se haya ido perdiendo elementos de una cultura del trabajo.
La Iglesia saluda a los trabajadores por el 1º de mayo y plantea que el trabajo sea una instancia de humanización.
Expresa además solidaridad y cercanía con quienes han llegado a Uruguay desde otros países buscando una tierra donde vivir y trabajar.
