Aseguran que es clave el uso de tapabocas y el lavado de manos. Piden estar atentos ante brotes que avanzan en silencio, hasta que se genera una gran cantidad de contagios.
El Grupo Asesor Científico Honorario elaboró un informe en el que identifica cinco puntos clave para evitar que la pandemia se descontrole.
Testear, rastrear casos, cuarentenar preventivamente a los contactos de positivos, controlar las fronteras y la responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las medidas.
El documento, que fue difundido por El Observador, señala que se evalúan distintos “umbrales de la pandemia”.
El que se intenta evitar es el “umbral crítico, aquel que se da cuando el número de infectados supera la capacidad de rastreo de contactos, o bien cuando las medidas de higiene dejan de ser eficientes o las políticas de aislamiento no logran cuarentenar rápidamente los casos.
Pasado ese escenario se llega al “umbral de epidemia” un punto en el que el número de infectados empieza a crecer de forma rápida y no contenida.
Gran cantidad de testeos no garantiza que se esté logrando identificar todos los contactos. Por eso es importante el trabajo de rastreo y seguimiento de líneas epidemiológicos.
Se pone por ejemplo a Chile, que logró un buen número de test pero no fue eficiente identificando casos, y la pandemia se descontroló.
Según detalla El Observador, desde el martes cuando se descubrió el brote en médica uruguaya se realizaron en promedio 1.526 test diarios. Esto implica testear a los positivos, sus contactos, pero también a un mayor universo de individuos, como a todos los pacientes o trabajadores de la torre de Médica Uruguaya.
Además, ante la aparición de casos de circulación comunitaria (aquellos en los que no se sabe el origen del contagio) se hace una mayor cantidad de test, lo que permite saber el nivel de incidencia del virus.
El informe destaca la importancia del cumplimiento por parte de la sociedad de las medidas para prevenir el contagio, como el uso de tapabocas o la higiene de manos frecuente.
Por otra parte, el documento alerta sobre aquellos brotes que consiguen pasar varios días sin ser identificados como ocurrió en treinta y tres.
De hecho, se cree que los primeros casos asociados al brote se dieron mucho antes del 19 de junio, cuando se identificó el primer caso.
Eso explica por qué ese brote llegó a ser mayor al de rivera, en el que los casos se lograron aislar de forma más rápida.
