Los familiares reclaman indemnización del Estado por daños, su abogado asegura que la cartera fue negligente en sus tareas.
Apuñalado en su cama a través de la ranura para pasar comida, emboscado a puntazos en un rincón del patio donde los guardias tienen punto ciego, perseguido desde el patio y emboscado en el baño, riña en el patio en horas de la noche cuando debían estar en su celda, pero bajaban con sábanas al patio rompiendo los barrotes. Esas son algunas de las descripciones de escenas del crimen dentro de las cárceles que parecen sacadas de película.
El denominador común cortes carcelarios y falta de personal policial. La información se desprende de los testimonios recogidos en las siete demandas que lleva adelante el abogado Nicolás Pereyra en representación de los familiares de los presos muertos entre 2009 y 2018.
Tres de esas demandas son por asesinatos en el Comcar, a las que se suma además una denuncia por lesiones gravísimas en las que un recluso al resguardarse en un baño durante una reyerta terminó parapléjico debido a que una pared se le vino encima por el impacto de balas de ellos policías para contener el motín.
Otras dos muertes ocurrieron en el Penal de Libertad, una de ellas se dio mientras el recluso dormía, los presos que supuestamente realizaban la limpieza del pasillo lo ensartaron con un corte con un palo a través de la ranura para pasar los alimentos. La otra demanda es por un apuñalado mientras estaba en el patio, ya tuvo sentencia positiva de la justicia que condenó al Ministerio del Interior a pagar 80.000 dólares a sus familiares.
La última de las demandas es por una muerte ocurrida en la nueva cárcel de Punta Rieles, allí emboscaron a un recluso en un punto ciego de las cámaras entre varios y los asesinaron a cuchilladas.
