Los policías tienen prisión domiciliaria. En unos 90 días se presentaría la demanda acusatoria, dijo la fiscal.
Este lunes fueron imputados dos policías por la muerte de un joven de 20 años en agosto del 2020 en Durazno, que falleció tras una persecución policial.
Según la fiscal Bárbara Zapater, el hecho que derivó en la muerte del joven comenzó cuando mientras manejaba su moto -a una velocidad muy baja, dijo- fue "interceptado de atrás por dos policías, que mediante golpes y gritos le indican que debe detener la marcha". Los efectivos señalaron que intentaron detenerlo porque circulaba con un "caño tronador", lo cual según Zapater "no es ni un delito ni una falta" y sí una infracción administrativa por la que le podrían haber iniciado el trámite para sancionarlo con una multa y ya.
Ante este accionar policial, el joven "por algún motivo acelera su marcha", dijo la fiscal. Esto generó que se iniciara una persecución. El motociclista perdió el control del vehículo y chocó contra un árbol. Falleció días después producto de las lesiones.
La fiscal solicitó la imputación por el delito de abuso de funciones y por homicidio simple a título de dolo eventual por la muerte del joven "a consecuencia de una persecución infundada". Zapater afirmó que "el actuar de la policía según las evidencias" muestra que "no se subsumió a lo que establece la ley de procedimiento policial" y que se constató una "irregularidad de todo el procedimiento".
Los policías tienen prisión domiciliaria. En unos 90 días se presentaría la demanda acusatoria, dijo la fiscal.
