Según se establece en ese documento, al menos en un principio las fiestas regresarán sin pista de baila y con uso de tapabocas obligatorio.
El plan consta de cuatro fases, cada una con una duración de 15 días.
La primera establece que los locales deberán trabajar con un 30% de su capacidad. Con mesas que mantengan distancia no menor a 2 metros, uso de tapabocas obligatorio de parte del personal y los invitados –siempre que no estén comiendo-, al tiempo que no se autoriza uso de barras o pista de baile.
Dos semanas después se llegaría a la segunda etapa, en la que el aforo se incrementaría a 50%. El uso de tapabocas obligatorio será solo para el personal. Se autorizan las barras de tragos con medidas de protección, pero siguen prohibidas las pistas de baile.
La tercera etapa, se mantiene el aforo del 50% y el uso de tapabocas por parte del personal. Recién ahí se autorizan las pistas de baile, en áreas alejadas del comedor, con buena ventilación y circulación de aire.
La cuarta etapa implicaría aumentar el aforo al 75%. Todos las demás medidas se mantienen.
Recién dos meses después de que se retomen las actividades en salones de fiesta se accedería a la cuarta etapa se volvería a tener un aforo del 100%, con aquellas indicaciones que establezcan en este punto las autoridades sanitarias.
