Para el organismo, esa conducta es un factor de riesgo fiscal porque considera que el costo de la tecnología para las tarjetas es razonable para el volumen de venta de esos negocios.
El operativo se realizó en 50 comercios de Montevideo que no aceptan tarjeta. Desde la DGI explicaron que la no aceptación de los medios de pago electrónicos es un indicio de incumplimiento de las obligaciones tributarias.
La Dirección eligió esos 50 comercios porque, según explicó el director general de rentas Joaquín Serra: "es llamativo que habiendo un beneficio en los precios para el consumidor, haya comerciantes que no están dispuestos a trasladar ese beneficio a sus clientes".
Se trata de comercios cuyas ventas van entre 5 y 25 millones de pesos anuales, en los rubros: gastronomía y servicios. El resultado es que se detectó irregularidades en todos los comercios inspeccionados. Si bien no existe la obligación de aceptar tarjetas, no hacerlo es un indicio de riesgo fiscal.
