Un migrante venezolano construyó el primer boulder de Montevideo, un gimnasio especializado en escalada.
Cada vez son más los uruguayos que se transforman en escaladores. Muchos eligen el boulder para entrenar sin tener que ir a las rocas.
“Son estas paredes que tenemos, de hasta 5 metros de altura que consisten en rutas marcadas, hay unas presas o piedritas y diseñamos caminos y cada camino tiene una dificultad. La idea es subir los caminos con los agarres que están marcados. Tratamos de simular lo que se da en la roca”, explicó Pablo Velozo, dueño del Montevideo Boulder Club.
En los gimnasios no se utiliza cuerda para escalar, pero hay colchones para amortiguar la caída.
“Vienen un montón de gente de todas las edades. Lo lindo de este deporte es que abarca un amplio espectro de edades. Ves escalando desde los más chiquitos a los más grandes, vienen los padres con los hijos”, expresó Velozo.
Desde el gimnasio de escalada destacan que es impactante la cantidad de extranjeros que se acercan a practicar, debido a la existencia de un turismo de escalada.
Eso lo explicó Feline, que es alemana: “Muchos amigos míos allá en Alemania escalan hace años y después de haber probado acá fui allá a escalar y es él deporte. Hay miles de personas practican en galpones enormes”.
A pesar de que Uruguay no tiene grandes elevaciones, hay varios lugares donde realizar escalada deportiva. Las canteras del Parque Rodó, el cerro Arequita y la Quebrada de los Cuervos son tres lugares que fueron equipados para poder escalar.
