El gran atractivo de la feria es la mezcla de la feria de barrio con el mercado de pulgas.
La Feria de Tristán Narvaja está de fiesta. Y es que el clásico mercado callejero montevideano cumple 155 años.
La feria fue inaugurada el 3 de octubre de 1909 y desde su creación está instalada en la calle Tristán Narvaja desde la avenida 18 de Julio hasta La Paz.
Su origen está en la feria dominical de productos agrícolas que comenzó a funcionar en la plaza Independencia a fines del siglo XIX, y que luego de deambular por distintas ubicaciones fue trasladada a la entonces calle Yaro (hoy Tristán Narvaja).
Al mudarse de lugar, cambió también de nombre: se le puso Tristán Narvaja en honor al jurista argentino que en 1868 redactó el Código Civil de Uruguay.
En sus inicios solo se vendían frutas y verduras, pero poco a poco se diversificó y comenzaron a venderse antigüedades, discos, libros, animales, artesanías, ropa y hasta repuestos.
El gran atractivo de la feria es la mezcla de la feria de barrio con el mercado de pulgas.
El paseo no solo implica recorrer los locales instalados con sus toldos antiguos, también significa visitar las librerías, anticuarios y hasta bares que están ubicados a lo largo y ancho de la feria.
Actualmente se ha extendido de tal forma que abarca centenares de vendedores que ocupan no solo la calle Tristán Narvaja, sino varias calles más, tanto paralelas como perpendiculares.
Para los montevideanos y turistas, visitar esta feria es casi un ritual. Cada domingo, desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde, la fisonomía de esta parte de la ciudad cambia, Porque cada domingo es una nueva oportunidad para recorrer la feria de Tristán Narvaja.
