Tiene diez años y desde hace cuatro meses forma parte del equipo femenino del Club Ombú.
Avril había sido rechazada en varios lugares pero, gracias a la perseverancia de su familia y de un joven entrenador, hoy es la protagonista de una historia de inclusión y solidaridad. La familia de Avril asegura que gracias al fútbol mejoró su rendimiento en la escuela y su calidad de vida.