No obstante, las iglesias seguirán abiertas pero piden evitar aglomeraciones de personas.
La Iglesia Católica decidió suspender la celebración de misas y toda celebración pública por dos semanas, siguiendo las indicaciones enmarcadas en la emergencia sanitaria.
En un comunicado la Conferencia Episcopal agrega que las iglesias permanecerán abiertas en sus horarios habituales pero se llama a evitar las aglomeraciones de gente.