La encargada del lugar afirma que se están haciendo los trámites pertinentes para obtener las habilitaciones.
En la pensión viven cerca de 130 personas que pagan entre $9.000 y $12.000.
La mayoría de los habitantes son dominicanos, aunque también hay cubanos y algún uruguayo. El grupo de dominicanos ocupa unas doce habitaciones, son unas 40 personas, la mayoría mujeres y niños.
Aseguran que luego que la Intendencia de Montevideo dictó la clausura del local, los dueños del edificio quitaron el cartel que la comuna colocó en la fachada y comenzaron los conflictos y las amenazas.
Según su relato algunas familias dominicanas, cuando se enteraron que local no tenía habilitaciones decidieron dejar de pagar y reclamaron mejores condiciones en las habitaciones y los baños.
Aseguran que la falta de limpieza ha originado que en el lugar haya ratas, cucarachas y chinches.
Glenny Ferrés relató a Telemundo que pidió cambio de habitación porque la que habitaba tenía mucha humedad y el dueño le pidió dos meses de alquiler y decidió no pagar porque no le pareció justo.