Como vimos en estos días, Lacalle Pou supera a Martínez por 5 puntos, pero hay un 11% de los electores que no ha optado por ninguno de los dos candidatos, y contesta que votará en blanco o anulado o que no sabe aún a quién votará. Muchos de ellos terminarán volcándose hacia uno u otro.
En los balotajes la proporción de votos en blanco y anulados ha oscilado entre un mínimo de 3 y un máximo de 5%. Podría ser que todos los que hoy responden que votarán en blanco o anulado mantengan su decisión, pero lo más probable es que no todos los hagan. Los indecisos son gente que efectivamente no sabe qué votará y también otra que no quiere decir su voto.
¿Quiénes son los que no dicen que votarán ni a Lacalle Pou ni a Martínez? Son más numerosos en el interior que en la capital: hay 12% de votantes del interior que no está con ninguno de los dos candidatos, mientras que en Montevideo solo es el 9%. Hay apenas más hombres que mujeres, lo cual llama la atención, porque tradicionalmente los hombres se involucran más en política y toman decisiones más rápidamente. Como suele ocurrir, los más decididos son los más veteranos, y entre los mayores de 60 años apenas el 8% no se ha volcado hacia ninguno de los dos candidatos. Ese porcentaje aumenta a medida que disminuye la edad del votante, y llega a 12% entre los más jóvenes. Pero el factor que marca más diferencias es el nivel socioeconómico: entre la gente de mayor nivel, sólo el 7% no tiene un candidato preferido, mientras que en el nivel más bajo el 16% no sabe cuál sería mejor presidente.
Como siempre en Uruguay, pesan más en la decisión (o indecisión) de voto los factores políticos que los sociales. Solo 4% de la izquierda y 4% de la centro derecha y derecha no tienen candidato preferido. Esta proporción aumenta a 10% en la centro izquierda y llega al 23% entre las personas que se ubican en el centro. Esto indica que ni Martínez ni Lacalle Pou han logrado convencer aún a casi un cuarto del electorado de centro y uno de cada diez del electorado de centro izquierda.
Aún más diferencias se observan entre la gente que se siente cercana a los diferentes partidos. Sólo el 1% de quienes se sienten blancos, el 3% de quienes se sienten frentistas y el 4% de los cercanos a Cabildo Abierto no tienen claro a quién votarán. Hay más indecisos entre los colorados, 12%, y muchos más entre los cercanos a los otros partidos (PERI, Partido de la Gente, Partido Independiente), entre los cuales casi un tercio no sabe quién sería mejor presidente. También casi un cuarto de quienes no se identifican con ningún partido, un grupo mucho más grande que el de los votantes de los partidos chicos, no sabe a quién votará.
En síntesis, faltan muy pocos días para el balotaje, y uno de cada diez electores no ha elegido a ninguno de los dos candidatos. ¿Por qué este dato es importante? Si todos, o la gran mayoría, optaran por uno de ellos, el resultado podría ser una victoria muy amplia de Lacalle Pou o una (mucho más ajustada) de Martínez. Lo que se observa en estos datos es que probablemente no habrá una ola hacia uno de ellos. Son personas mayoritariamente de centro (ni de izquierda ni de derecha), no cercanos a ningún partido político, de nivel socioeconómico medio bajo y bajo, y la mayoría residentes en el interior del país.
