“La mayoría de las casas tenemos que estar haciendo fuego afuera porque no hay luz, no hay tele, no hay nada”, apuntó un vecino.
Los vecinos del asentamiento Ribera del Miguelete actualmente deben calefaccionarse con leña porque llevan varios días sin energía eléctrica. Y es que allí, donde viven unas 200 familias y mayoritariamente niños, los cables de las conexiones informales se derriten y el riesgo de incendio es una constante.
A orillas del arroyo Miguelete, en un laberinto de casas de chapa y madera, viven unas 200 familias que desde hace días combaten el frío sin energía eléctrica. Las conexiones informales se vieron saturadas por la demanda creciente ante las sucesivas olas de frío.
La maraña de cables que pueblan las columnas del barrio se derriten al verse saturadas y exponen a los vecinos al riesgo constante de incendio.
No pueden prender la estufa, no tienen calefón, ni tampoco cocina para calentar los alimentos o prepararse una bebida caliente.
Rosa, madre de siete hijos pequeños, usa un brasero para calentar agua y preparar la comida en la puerta de su casa. “Me levanto a las seis de la mañana para prepararlos para la escuela, pero no los mandé porque no puedo lavar, no puedo agarrar las cosas a lo oscuro. Calentamos agua en una caldera y ahí los baño, pero no tenemos otra cosa”, dijo.
“La mayoría de las casas tenemos que estar haciendo fuego afuera porque no hay luz, no hay tele, no hay nada”, apuntó otro vecino.
Este jueves varios vecinos cortaron José Batlle y Ordoñez a la altura de José Pedro Cardoso en reclamo de que UTE encuentre una solución para el barrio, en el que todas las conexiones son informales.
Mientras esperan una solución, afrontan el invierno más crudo, con el temor de que el fuego que ayuda a calentar en las noches de frío, no termine por quemarles sus casas.
