"No contempla los numerosos puntos de vista o la actualización": Asociación de Historiadores cuestiona reforma curricular en Historia

“Lo que más ha trascendido es la incorporación ‘La agonía de la democracia’ de Sanguinetti. La asociación no se opone a su incorporación a la bibliografía, lo que sí nos parece mal es que la incorporación de ese texto aparezca sin una contextualización mínima", dijo Duffau.

La reforma educativa que el gobierno viene poniendo en marcha implica varios cambios a nivel curricular que serán aplicados a partir de 2023 en los respectivos niveles. En ese contexto, ya se han conocido diferentes borradores de los nuevos programas que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) dispondrá a partir del próximo año.

En el caso del borrador programático vinculado a la asignatura historia, la Asociación Uruguaya de Historiadores (Audhi) emitió un comunicado en el que mostró su disconformidad con varios de los cambios propuestos.

En diálogo con Telemundo, el historiador Nicolás Duffau explicó varios de esos cuestionamientos.

“El primero de los problemas es la ausencia de reflexión teórica-metodológica en relación a la historia”, señaló  Duffau, y explicó: “Desde la asociación defendemos a la historia como una disciplina científica, que tiene que seguir un método de trabajo, que tiene que evidenciar cuáles son los pasos que los historiadores cumplimos para construir conocimiento, qué características tienen esos pasos, con qué materiales trabajamos. Consideramos que, en primer lugar, ese tipo de reflexión está ausente en este borrador”.

“La historia aparece como una disciplina prácticamente de la nada, donde en realidad no hay un seguimiento a esa reflexión teórico-metodológica. ¿Por qué no lo hay? Porque se disminuye en forma significativa las horas en las cuales nos enseñan a pensar en ese laboratorio, a construir el conocimiento. Uno precisa práctica, pero también precisa conocer cómo funciona esa disciplina”, agregó.

Por otro lado, Duffau señaló que la nueva propuesta programática “no tiene una actualización bibliográfica acorde o que acompase la renovación historiográfica permanente que viven el Uruguay, la región y el mundo”. 

“Ha trascendido el retiro de algunos autores o historiadores muy destacados, como Carlos Demassi, pero podríamos encontrar carencias o falencias en todas las áreas, para el siglo XIX, para la explicación de la Edad Media, para la explicación de lo que se conoce como Historia Antigua. Hay algunos referentes del campo que nosotros consideramos que deberían estar: por ejemplo, para explicar la Edad Media no puede no estar Jacques Le Goff, que fue un historiador francés muy destacado. No está Eric Hobsbawm, que es posiblemente el historiador más vendido de la historia de la historiografía”, apuntó el historiador.

Sin embargo, Duffau dijo que desde la asociación no rechazan la incorporación de nuevas propuestas, pero sí entienden que “por más que se incorporen algunos autores, lo que hay que hacer es acompasar la renovación historiográfica, que eso acompasa también el desarrollo de la sociedad”. 

“Que nosotros hoy como historiadores estemos discutiendo sobre la historia de las mujeres o de los esclavizados está vinculado a que son temáticas que preocupan a la sociedad uruguaya actual; la historia de la violencia de género, o el rol social-cultural-político de las mujeres, o la situación de los afrodescendientes en el Uruguay hoy”, apuntó, y agregó: “Creemos que se deberían incorporar nuevas temáticas. No con ánimo de imponer nada sino con intención de pluralizar las miradas sobre esas sociedades pasadas. Hoy vivimos en una sociedad con conflictos de distinto índole. Si recortamos visiones o si recortamos actores históricos termina generando una mirada un tanto sesgada, limitada, que no pluraliza la diversidad”.

La incorporación de Sanguinetti y la polémica por el pasado reciente

Uno de los aspectos que ha trascendido de la propuesta curricular para historia es la incorporación de un libro escrito por el expresidente y actual secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti: “La agonía de la democracia”.

“Nos resulta problemática la confusión entre lo que es una reconstrucción histórica bibliográfica y una fuente para el conocimiento histórico, un documento”, señaló Duffau, y agregó: “Lo que más ha trascendido es la incorporación ‘La agonía de la democracia’ de Sanguinetti. La asociación no se opone a su incorporación a la bibliografía, lo que sí nos parece mal es que la incorporación de ese texto aparezca sin una contextualización mínima, que permita a los estudiantes de enseñanza media como de formación docente o de la ciudadanía en general distinguir entre un testimonio de época, de un actor fundamental e importante, a lo que es una reconstrucción histórica que puede hacer un investigador en historia siguiendo un método de trabajo. La confusión entre lo que es un testimonio y bibliografía nos resulta problemática”.

Por otra parte, también se cuestiona la puesta en debate de “algunos conceptos, acuerdos dentro del campo de los historiadores en el Uruguay que están establecidos”. 

“Los historiadores en el Uruguay hablan de terrorismo de Estado, de violaciones a los derechos humanos, de población esclavizada. Y se eliminan algunos de esos conceptos, algunas de esas categorías, que no surgieron de la nada, surgieron del trabajo acumulativo de los historiadores a lo largo de los años, y se proponen otros”, apuntó Duffau.

“Por ejemplo, para el caso del pasado reciente la idea de una guerra. Cuando la historiografía, con solvencia y argumentos, ha demostrado que el concepto de guerra por lo menos se puede problematizar. Porque uno en clase puede decir que hubo una guerra o hubo terrorismo de Estado, y contraponer las dos posiciones. Pero si hay dos posiciones tienen que estar las dos, no solo una”, agregó.

En ese sentido, el historiador apuntó que “la historia es una disciplina que en los últimos años ha generado mucha preocupación entre algunos sectores de la vida política del país, planteando que la historia es una disciplina sesgada, que surge de oscuros laboratorios, que la investigación histórica busca simplemente beneficiar a una parte que vota a la izquierda o a una mirada sesgada en torno a la izquierda, y eso es un error porque los historiadores, somos ciudadanos que votan lo que votan, pero formamos parte de un campo de investigación que tiene sus reglas”. “Si a mí no me gusta una postura, pero mi investigación demuestra que tal vez esa postura era una de las posibilidades políticas existentes, si soy riguroso, ese posicionamiento lo voy a poder evidenciar”, agregó.

“La verdad histórica como tal nosotros nunca la llegamos a ver, porque trabajamos con acontecimientos pasados, que ya ocurrieron. Al pasado no lo vemos nunca. Lo que hacemos son reconstrucciones, acercamientos posibles, y es muy probable que otra generación de historiadores encuentre otros puntos de vista en torno al mismo fenómeno”, afirmó Duffau, y concluyó: “Nosotros generamos la información y la damos, después cada uno la interpretará. Esta propuesta presente en el borrador de la transformación educativa y la propuesta bibliográfica no contemplan los numerosos puntos de vista o la actualización necesaria”.


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