Piden justicia por un joven muerto a golpes por un grupo de rugbistas en Argentina

"Lo golpearon hasta matarlo", afirmó este domingo la madre del joven de 18 años que murió la madrugada del sábado tras recibir una golpiza a la salida de una disco en un balneario argentino por un grupo de rugbistas que quedaron detenidos.

Fernando Báez Sosa tenía 18 años y era estudiante de derecho. Murió el sábado en la madrugada en el balneario argentino de Villa Gesell, por los golpes recibidos en la cabeza cuando era agredido por un grupo de jóvenes jugadores de rugby en la puerta de un boliche bailable.

Según fuentes de la investigación, el episodio comenzó dentro del local llamado Le Brique cuando uno de los amigos de Fernando volcó vino sobre un integrante del grupo de jóvenes rugbistas. Los jóvenes comenzaron a pelear y el personal de seguridad del boliche los sacó del local y ya en la calle los rugbistas agredieron a Fernando con piñas y patadas hasta matarlo.

Cuando la Policía intervino era muy tarde, los intentos de reanimar a Fernando no dieron resultado. Horas después y tras ser identificados en las imágenes de las cámaras de seguridad del boliche, diez jóvenes que tienen entre 18 y 21 años fueron detenidos en la casa que habían alquilado para pasar sus vacaciones en Villa Gesell, a dos cuadras del boliche.

Otro sospechoso fue localizado más tarde en la ciudad de Zárate, en el norte de la provincia de Buenos Aires, donde todos juegan al rugby en el club Arsenal Náutico. Los once fueron trasladados a la cárcel de Dolores y en las próximas horas ser trasladados nuevamente a Villa Gesell para someterse a una rueda de reconocimiento con el objetivo de establecer quiénes agredieron directamente a Fernando y quiénes fueron partícipes necesarios.

Periodistas de La Nación recorrieron la casa donde los jóvenes hicieron la "previa", antes de salir a bailar. En un patio encontraron dos mesas llenas de botellas de alcohol, otras de plástico cortadas y vino en cartón, una escena que muestra lo que quedó de una noche de descontrol que terminó con un asesinato en plena calle.

Tomaron tres botellas de vodka, una de ron, otra de fernet, dos vinos espumantes y una caja de vino.  El lugar todavía está lleno de botellas vacías de diluyentes para mezclar con esas bebidas y decenas de vasos de plástico dispersos por el lugar. Durante el allanamiento en el lugar, la policía encontró "ropa con manchas de sangre".

Este lunes, el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, dijo sentir "mucho dolor" por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes frente a un boliche en esa localidad balnearia.

Los medios argentinos reproducen por estas horas los comentarios de Julián Princic, un joven que praticó rugby entre los 9 y los 20 años, y  que hace pocos días alertó a través de un hilo de Twitter sobre las conductas que existen en el mundo del rugby en Argentina y que hoy están en el ojo de la tormenta. "Voy a hablar de mi experiencia con el rugby, deporte que veo como un refugio de hombres que necesitan reafirmar su masculinidad constantemente. Bautismos, abusos sexuales, peleas bolicheras", dice en su primer tuit Julián Princic, quien conoce al mundo del rugby por dentro tras practicarlo durante gran parte de su vida, entre los 9 y 20 años, en el mismo club donde su padre fue jugador y entrenador.

La Unión Argentina de Rugby (UAR) emitió un comunicado en el que se manifestó "profundamente consternado" por "los hechos públicamente conocidos de violencia física relacionados con jugadores de rugby".

UAR aseguró que trabaja en "generar un programa específico de concientización que colabore para que estos casos no sucedan nunca más" y deslindó la actitud de los jóvenes de "los valores del rugby".

El episodio desató una andanada de críticas en las redes y alusiones irónicas a esos valores del deporte de la pelota ovalada, bajo el hashtag #Rugbiersasesinos

 


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