Un año del asesinato de Lola Chomnalez

El caso continúa sin aclararse; el abogado de la familia, Jorge Barrera, dijo que las respuestas que esperan "no están".

El sábado 27 Lola Chomnalez llegó a Valizas. Había viajado sola desde Buenos Aires en ómnibus. Ese mismo día fue a la playa con su madrina, el esposo de ella, el hijo de este, de 14 años, y una niña pequeña, hija de la pareja. Después cenaron y Lola fue con el esposo de la madrina a un toque de tambores. También estuvo el hijo del marido de su madrina, que se fue un rato antes.

El domingo 28 fue vista por última vez cerca de las 14 horas cuando avisó a sus familiares que iba a caminar por la playa. Cuando salió por última vez, vestía un short de jean, la parte de arriba de la bikini, y llevaba una mochila color rosa chicle.

El lunes 29 comenzó una campaña en las redes sociales y los medios de comunicación para encontrarla. De ese día data la foto que circuló profusamente por todo Valizas luego de que sus familiares radicaran la denuncia en la policía local.

Sus padres viajaron a Uruguay y designaron como su representante legal al abogado Jorge Barrera.

El martes 30, la policía de Rocha comenzó la búsqueda, casa por casa, y en campings de la zona y alrededores del balneario de Valizas, y en horas de la tarde, un vecino ubicó el cuerpo de la joven, semi-enterrado en la arena, y cerca del agua.

"Las respuestas que la familia espera no están", asegura Jorge Barrera. "No sabemos cómo fue, quiénes fueron, en qué circunstancias, cuál fue el motivo, qué hizo que una chica de 15 años que vino solamente a disfrutar de unas vacaciones hoy no esté (...) se ha trabajado, se ha avanzado, se ha cumplido un año, pero lo esencial todavía no está".

En tanto, el pescador que encontró el cuerpo asegura que el tema seguirá en su cabeza hasta que se aclare. "Ese mismo día a mí me tendrían que haber llevado a hacer la reconstrucción de cómo encontramos el cuerpo, porque ahí iban a estar las huellas que mencioné", considera Ricardo Giamberini. "Las huellas que yo seguí estaban todavía", agrega. Respecto a la historia del hombre que caminaba por la playa, y que ha sido difundida, el pescador señala que "no era un turista, iba vestido con un pantalon cargo camuflado, un bolso enorme cargado que lo llevaba apretado como si la vida se le fuera en ello. Iba paranoico, y esa información no podría haberse dado a conocer".

Para Gamberini, el identikit fue una payasada que no se acerca mucho a lo que él vio.


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